COLUMNISTA INVITADO: FERNANDO MATURANA L.
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Vivíamos la mañana del penúltimo día hábil de la semana, cuando los chilenos fueron golpeados con la noticia reciente que el General Director de Carabineros de Chile, don José Alejandro Bernales Ramírez, había fallecido junto a su esposa, Teresa Bianchini y el resto de los integrantes de la comitiva policial chilena, constituida por su Ayudante Personal, el Teniente Coronel de Carabineros don Oscar Tapia y su señora esposa Carolina Reyes, el Teniente Coronel don Ricardo Orozco y el Capitán Mauricio Fuenzalida, ambos también de la misma Institución, simultáneamente con cinco oficiales panameños que integraban dicha comitiva oficial. Inmediatamente después, el gobierno de nuestro país reaccionó confirmando oficialmente el lamentable accidente aéreo en la ciudad de Panamá del helicóptero que transportaba a la comitiva policial de ambos países, decretando un duelo nacional durante tres días, a través de un comunicado dictado por la propia Presidenta del la República, S.E. Michelle Bachelet Jeria.
Indudablemente, el mencionado Jefe máximo de la institución policial, había alcanzado un alto nivel de liderazgo y reconocimiento a su labor pública ante la sociedad y por sus propias características de humanidad como persona, estrechando los lazos de la Institución con el pueblo de Chile, que le valió ganarse el lema: “General del Pueblo”. Es indiscutible su profesionalismo, que lo llevó a entregarse por entero a su institución, durante toda su vida.
¿Cuánto hay de loable espontaneidad en la convocatoria de una masa de seguidores de nuestra población, y, cuánto hay de dirección comunicacional deliberada por intereses partidistas y/o sectoriales?
Fue una maravillosa persona el Gral. Bernales, con extraordinarias capacidades como ser humano, cristiano, hombre de ley. Estas características sensibilizaron y movieron a toda la población para reconocer sus cualidades y participar activamente en su último adiós. ¿Qué situaciones del contexto nacional han ocurrido y concurrido, para hacerla partícipe de este funeral?
Estamos viviendo desde hace más de una década, una situación sociológica que se ha ido incrementando en el tiempo, a mi parecer, relativa a la necesidad de buscar caminos, líderes y sistemas valóricos verdaderos y profundos que nos guíen como sociedad hacia un fin común y benévolo para todos. Los chilenos viven una época que se caracteriza por una pérdida de valores de sentimientos patrios, de desconfianza en nuestras autoridades, pérdida de nuestros principios éticos vitales, lo que ha producido enfrentamientos y descalificaciones entre personas y grupos relevantes de la comunidad. Esto deriva en que exista incredulidad y desprestigio de la política y los políticos, ya que los líderes resultan no ser tales y se han servido del conglomerado humano para sus propios intereses personales, sectoriales y/o partidarios del grupo que dicen representar. Nuestro pueblo se siente reiteradamente engañado y frustrado; por lo que ha perdido toda capacidad de sorpresa y credibilidad en la personas e instituciones que supuestamente son las que deberían encarnarlo, lo que le produce un constante sinsabor, aflicción y padecimiento.
Sin embargo, aparece un hombre sencillo, austero, honesto, recto, sensible, consecuente con sus valores, con su vocación y sus prácticas, enérgico en sus cometidos profesionales y a la vez, humano en su permanente interactividad con el entorno, que por los quehaceres de su vida se ha vuelto público y finalmente, este ser nos llena de esperanza en nuestros corazones, porque nos hace ver que sí podemos creer que hay personas que estando en las altas esferas del poder, son capaces de ver y sentir las urgencias de los más necesitados, los que siempre tienen menos que el resto, ven que se les va sus vidas y las de sus seres queridos, sin las oportunidades de encontrar un nivel de vida mínimo aceptable, sin llegar a sentir el calor de los demás y convivir así, en una ambiente de amor y armonía entre todos lo que compartimos nuestro suelo. Este hombre especial, se vuelve un ejemplo y un referente dentro de un mar de infelicidad social, es porque en él, Dios está presente, Él nos ama y no nos olvida, especialmente en los momentos más cruentos que nos toca vivir. ¿Sabía UD. que este Director General, desde hace tiempo creó los grupos de “encuentros conyugales”?, que a su vez… ¡Gestó la conformación de parroquias y capillas! ¡Siempre estaba interesado en los demás! ¡Compartía estas gracias y dones con su querida esposa, irguiéndose como un modelo de matrimonio.
Como una conocida y destacada periodista de Paraguay, Juanita Garracella, decía: “la policía es siempre socialista”. Término que debe entenderse, no como el socialismo de ultranza de la izquierda, motivador de los movimientos sociales, ni aquella que corresponde a la fase de la construcción del marxismo siempre esperado y jamás logrado; se refiere al socialismo que es capaz de conocer de cerca la infelicidad de los pueblos, de los requerimientos de los más necesitados, de vivir y convivir con los más pobres, saber de los estados límites de los más desvalidos, tener acceso a los orígenes de la delincuencia, el submundo del ámbito criminal, el ciclo de vida del malhechor y las escuelas de formación del delincuente. Por lo que el policía culmina por conocer la vida de esa población suburbana, sus sufrimientos, frustraciones, sentimientos de humillaciones e injusticias sociales, constantemente desamparada de oportunidades de vida.
Pues este hombre particular, que no fue marxista, en su juventud policial fue un integrante del servicio de Inteligencia de Carabineros; perfil profesional que fue siempre conocido por los poderes fácticos de la izquierda y de las fuerzas políticas de la Concertación; sin embargo, se le permitió el ascenso a General de su Institución, después Director de la DICOMCAR (Dirección de Inteligencia de Carabineros), profesor de Inteligencia Comunicacional, para terminar asumiendo el mando de la Institución como Director General de Carabineros… ¿Cómo pudo pasar?.. ¿Qué intertanto hubo, para que así ocurriera?
En el mundo de los profesionales y medios de las comunicaciones, este General Director no pasó inadvertido. El siempre tuvo un acceso cercano con la prensa y los mismos periodistas lo conocieron en su integridad, pleno de humildad, pese a su posición de poder y mando institucional, le consultaba a estos comunicadores lo que a la Institución de Carabineros le faltaba: las críticas, qué les parecía el accionar de la institución policial, etc. Cuando llegó la hora de su trágica partida de este mundo, junto a su esposa y comitiva, de manera espontánea los profesionales de las comunicaciones reaccionaron, relatándole al público todo lo que ellos sabían sobre la realidad de este hombre especial y las personas más cercanas a él, el modelo en que se había convertido y el legado que dejaba para todos los chilenos.
El gobierno y los grupos políticos de poder, tan sólo se sumaron al fenómeno que se desarrollaba en esas largas horas de aflicción, la cercanía que el país sentía al General José Alejandro Bernales Ramírez, había sobrepasado todo lo esperado; la clase política, tan sólo tuvo que mostrarse de acuerdo con ello, y en consecuencia, así como el pueblo de Chile lo hizo, reconocer las características, capacidades y valores que significan para nuestro país, la institución de Carabineros de Chile; reconociendo a su vez, al “amigo” que cada uno de los chileno tenemos en el “carabinero”, nuestra policía de exportación para el mundo.
¡Uds. no saben cuanta tristeza siento por el adiós del General Bernales, su esposa y loables acompañantes!, pero también…, ¡Cuanta alegría siento por el profundo y acertado reconocimiento a nuestros policías uniformados, a Carabineros de Chile!
Espero que más temprano que tarde, nuestro pueblo sea capaz de reconocer los valores y características del resto de los uniformados de nuestras FF.AA., los de ayer y los de hoy, los que han dado su vida por servir a su Patria y a su Nación y, que en la actualidad, muchos de ellos están bajo tierra o privados de libertad.
¡El adiós que le ofrecimos, lo encontramos en lo más profundo de nuestros corazones y razonamientos humanos y cristianos!… ¡¡Gracias por el camino virtuoso que nos mostraste!! ¡Gracias por permitir y propiciar un merecido reconocimiento a todos nuestros uniformados, porque cada uno de ellos, es un apóstol del pueblo!
“Sr. Director General Don José Alejandro Bernales Ramírez”…
¡¡¡Descansa en paz!!!
Fernando Maturana L.