Por Toribio
En este país, nuestro país, están pasando cosas en forma tan rauda y enredada que cuesta decidir un tema al cual dedicar una columna.
Tenemos ad portas una elección presidencial en la cual ninguno de los candidatos nos representa fielmente, todos se pavonean de haber votado por el “No”, en el plebiscito del año 1988 (¿tanto tiempo ha pasado?), por lo que quieren todos despegarse totalmente del Gobierno Militar y todos quieren mostrarse “progresistas”, dispuestos a tratar temas tan fuertes en lo moral y cristiano como la “píldora del día después” hasta “el matrimonio entre homosexuales”, pasando por el “aborto terapéutico” hasta lo patriótico como la entrega de territorio marítimo con dominio a Bolivia.
¿Qué está pasando con Chile? ¿Qué está pasando con nuestra mentalidad cristiana, ética, moral y patriota? ¡Pensar que uno de estos personajes puede llegar a gobernarnos me da escalofríos!
¿Por qué se ven obligados a enfrentar estos temas y darles solución “adecuada” a la “chusma inconsciente” como la llamó Don Arturo Alessandri?
A mi parecer y con esto debo admitir nuestra derrota final, es que en estos largos años de gobiernos de izquierda, incluida una venida a menos Democracia Cristiana que tuvo que subordinarse hacia ellos, Gramsci y sus súbditos marxistas del Partido Socialista gobernante estos últimos 10 años han introducido sus garras en la mente y el corazón de los chilenos y les ha cambiado totalmente su forma de pensar.
Estas huestes marxistas han logrado sacar de las mentes chilenas los más valiosos principios que formaron la esencia del chileno y de nuestra Patria, nos cambiaron el heroísmo de nuestros próceres y el valor de nuestros verdaderos héroes por vulgares guerrilleros o terroristas; hoy pareciera tener más importancia el “Día del Joven Combatiente” (aunque en realidad eran delincuentes terroristas y asaltantes ambos hermanos) que el Combate Naval de Iquique o de la Concepción, donde el sacrificio glorioso de verdaderos chilenos nos afianzaron como Nación Libre e Independiente.
Piensen que, en una burda y manejada encuesta, salió elegido por el Canal Nacional, el de “todos los chilenos”, el personaje de la Historia un derrocado Presidente, que lo fue por su incapacidad, su falta de moral y su intento de destruir nuestra Patria, en vez de un Héroe conocido a través del mundo por su sublime sacrificio y ¿quién fue capaz de denunciar esto y someter a un completo escrutinio esta manejada votación? ¡Nadie!
Es que ya no hay decisión por defender a Chile, no hay decisión de oponerse a estos brutales cambios con los que las doctrinas socialistas están infectando a nuestros ciudadanos, jóvenes o ya adultos y no existe una fuerza rejuvenecedora capaz de enfrentarlos.
Se supone que la derecha política es más conservadora, se supone que tiene principios más dignos que la izquierda, sin embargo, también se ha dejado atropellar por esta inmoral horda y no son capaces de levantar su voz y oponerse como verdaderos chilenos y patriotas a tan funesta ola de cambios que atentan contra nuestra nacionalidad.
Hablo de derrota final porque fue nuestro Gobierno Militar el que trató de reforzar nuestros valores patrios, para “hacer de Chile una gran Nación” como decía nuestro Presidente Pinochet, situación que duró prácticamente los casi diecisiete años que estuvo en el Gobierno pero, al poco de andar, y con la llegada de la Democracia, heredada de nuestro Gobierno, la Concertación comenzó a derribar estos conceptos, como parte de su plan antimilitar y para tratar de destruir la imagen y los grandes logros de estos años, comenzando con una furiosa y vengativa posición por los llamados “derechos humanos” y luego derribando tradiciones tan nuestras como históricas, lo que creo ya han logrado.
Como las FF.AA. y de Orden representan los valores más esenciales de la Patria, la Defensa de su Integridad y de su Seguridad llegando a, como dice nuestro Juramento : “rendir la vida si fuese necesario” para lograrlo, se trata de derrumbarlas, ya que jamás perdonarán el hecho que los derrotaran en su intento de guerra civil para lograr el poder político total e implantar su dictadura de corte cubano-marxista al comienzo de la década de los 70.
Con dolor reconozco que hemos sido derrotados, como lo dijo el conocido Almirante Massera, ex Comandante en Jefe de la Armada Argentina, en su famosa defensa ante los tribunales de ese país, “ganamos la guerra de las armas y perdimos la guerra sicológica”.
Y, con más dolor, reconozco que las fuerzas propias se entregaron enteras y hasta cobardemente ante este adversario, que es el mismo de antes pero disfrazado de democrático y políticamente correcto.
Basta ver la falta de reacción de los Mandos Militares en forma global ante, primero, las campañas de concientización a nivel nacional por las llamadas “violaciones de derechos humanos” sin apelar a defender las acciones antiterroristas que se desarrollaron en nuestra Patria y en el extranjero consistentes en reales operaciones antisubversivas abiertas y encubiertas, donde también tuvimos bajas y, segundo, su indolencia y real falta de apoyo ante la judicalización, en la justicia civil, de múltiples casos que incluyen cientos de uniformados en servicio activo y en retiro por haber participado en esta verdadera guerra interna en la cual actuaron en cumplimiento de ordenes superiores y por la defensa de nuestra integridad e independencia.
Si los Mandos Institucionales no han sido capaces de defender a sus propias fuerzas ¿quién lo hace?, talvez ¿los políticos que participaron o apoyaron la gestión patriótica y nacionalista del Gobierno Civil Militar?
Por supuesto que no ya que, como resultado de la mencionada campaña sicológica del “nuevo” marxismo no es políticamente correcto y, en general las voces son que “si bien se reconoce el desarrollo económico y social del Gobierno Militar”, se reprueba “las terribles violaciones ocurridas en éste”.
Y, ahí se quedan.
Analicemos a los candidatos :
Sebastián Piñera, votó por el No, es de cuna DC, se enriqueció durante el Gobierno Militar y ahora lo critica. ¡Que forma de oponerse a nuestros principios de lealtad y consecuencia! ¿Uds. creen que hará alguna gestión a favor de los uniformados encarcelados o procesados? ¡Jamás!
Eduardo Frei, otro que aprovechó la bonanza del Gobierno Militar, pero que sus enredados principios políticos lo han llevado a unirse contra su peor enemigo político, el partido comunista, para tratar de obtener una nueva presidencia y que viola la esencia de la Democracia Cristiana. ¿Será capaz de reconocer el verdadero valor de nuestro Gobierno y la lucha que se llevó a cabo por nuestra integridad? ¡Jamás!
Miguel Enríquez Ominami, hijo e hijastro de terroristas miristas, que está representando, disfrazado de joven renovador, la esencia de este movimiento antipatriótico. Mejor ni pensar cual es su apreciación sobre nuestros camaradas presos o procesados, cuando dice que su padre biológico fue “asesinado”. sin reconocer que murió enfrentando a nuestras fuerzas antisubversivas.
Jorge Arrate, partiendo por el hecho de proclamarse allendista, ya nos indica cual sería su posición en el totalmente teórico caso que tuviese alguna oportunidad de ser elegido.
Entonces, ¿qué nos queda?
Uno, ¿seguir con la cabeza gacha y cual corderos dejar que nos lleven al matadero?
Dos, ¿hacer como si fuésemos hombres y mujeres de principios y levantar nuestra cabeza y luchar con las armas que nos da la democracia que nosotros recuperamos y enfrentarnos a esta torcida situación? ¡Ya no tengo la menor esperanza en esto!
¿Dónde quedaron las mujeres que marcaron un 1° de Diciembre en una mundialmente vista “Marca de las Cacerolas”?
¿Dónde quedaron las heroicas mujeres de SOL? Apuesto que ni se recuerdan de esa organización que tanto luchara contra el marxismo.
¿Dónde quedaron esos miles de hombres y mujeres que se atrevieron contra la UP en magníficas concentraciones organizadas por el CODE, que llenaron cuadras y cuadras, con decenas de miles de personas protestando contra el Gobierno Marxista hasta su derrocamiento por parte de las FF.AA. y de Orden a su petición?
¿Dónde quedaron los miles y miles de uniformados, ahora en retiro, que participaron en sus respectivas Instituciones y en el Gobierno Militar para levantar al país a niveles que nunca se imaginaron los chilenos? Sólo se ven unos pocos cientos, ni siquiera medio millar, en las reuniones anuales en la Plaza Inés de Suárez, para que hablar en los Tribunales cuando hay alegatos, salvo la participación de marinos en retiro en los de Valparaíso, ni siquiera se emparejan en número a las mujeres de las agrupaciones marxistas.
¿Dónde están las que debieran ser miles de solicitudes de visita a nuestros presos políticos en Punta de Peuco o Cordillera con un desfile de vehículos con miles de personas apoyándolos?
¿Dónde? ¿Dónde?
Entonces, ¿no encuentran que tengo la razón?
¿No es cierto que fuimos DERROTADOS?