Patricio Grez
La “Coalición por el Cambio” me parece una excelente concreción de una idea que viene desde hace mucho tiempo. Aplausos para el comando de Piñera, para Flores y Schaulsohn. Bien por ellos!!!
“Fernando Flores tomó una decisión que yo no comparto pero me niego a criminalizarlo, basta en Chile de que unos contra otros reivindiquen el monopolio de la moral”
Marco Enríquez O-my-Money
No hay duda que, aparte de la adhesión de Flores y Schaulsohn a la candidatura de Piñera, el fenómeno político más importante de estos últimos tiempos es la candidatura de Marco Enríquez que va como avión. El tipo se las trae, se declara “de izquierda” pero amante de la Libertad con mayúscula. Su padre carnal fue el capo máximo del Mir abatido durante el Gobierno Militar pero Marco no muestra ni un gramo de resentimiento ni tampoco del extremismo de Miguel Enríquez.
Marco entró a la política hace menos de cuatro años y no parece estar contaminado con los clichés y lugares comunes más baratos de algunos PS, PPD y ciertamente también parte de la DC, que insisten en demonizar a “la deresshha”. Usted habrá notado como últimamente lo repite el Narigón Frei y los suyos, hablan de “la deressha” con un tono de asco, con un rictus, el Narigón lo dijo, su misión es “derrotar a la deressshha” (arrugando el rostro y nariz como si se hubiera tragado un limón completo), es una de las técnicas propagandísticas sacadas directamente del manual del Maestro, el ministro nazi de propaganda Joseff Goebbels, …..¿Usted se acuerda del manual de Goebbels? aquí se lo repito:
1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad